viernes, 26 de marzo de 2010

¿Libre albedrío?

Dejando la política y actualidad de lado por un rato, esta vez es el turno de un tema filosófico con la particularidad de verlo desde un punto "científico". Se trata de un planteo algo esotérico que alguna que otra vez he charlado con cierta gente que me crucé por la vida. Encontré que a algunos les pareció curioso e interesante y, como a mi, los hizo pensar bastante.

Deténgase un momento y piense en detalle el siguiente experimento: Usted se encuentra sosteniendo en su mano un puñado de mil alfileres de acero y debajo, a unos 20 cm de distancia, se encuentra la superficie de una mesa grande, común y corriente. En un momento dado, abre su mano y deja caer los alfileres sobre la mesa y los mismos quedan todos desparramados sobre dicha superficie. Ahora imagine que usted repite el mismo experimento en otra mesa exactamente igual y con exactamente los mismos alfileres. Suponga ahora, que la similitud de ambos experimentos es extrema. Es decir, que en cada experimento usted sostiene con igual fuerza los alfileres y cada uno de los mil alfileres se encuentra exactamente en la misma posición de la mano que en la experiencia previa. Suponga también que todas las condiciones ambientales y externas son exactamente las mismas en ambas situaciones. ¿Ya tiene la situación en la cabeza? Bien, ahora la pregunta entonces es: Si observa los alfileres desparramados en la mesa luego de cada experiencia, ¿cree que cada uno de los mil alfileres se encontrará en la exactamente la misma posición en ambos casos? En principio, el sentido común y nuestro pobre e intuitivo conocimiento sobre la fisica nos diría que . Del mismo modo que, al empujar varias veces una misma puerta con cierta fuerza para cerrarla haría que esta se cierre de igual forma en cada una de las oportunidades, o que, cada vez que calentamos un café 40 segundos en el microondas al retirarlo está igual de caliente, tendemos a pensar que repetir una experiencia en iguales condiciones trae un único resultado posible. Sin embargo, este resultado, de ser cierto, traería consecuencias filosóficas sobre el sentido de la vida algo curiosas. Veamos porqué.

Volvamos a nuestro experimento. Imagínese que usted, antes de realizar la experiencia, mide con precisión cada factor relativo al mismo: la posición de cada alfiler con respecto a su mano, la distancia con la mesa, el peso de cada alfiler, etc, etc. Ahora bien, supongamos que cuenta con una función matemática que, dado esos valores medidos, retorna la posición donde va a caer cada alfiler. Si leyó lo anterior y se mareó o no se lo imagina, piense en el ejemplo sencillo de cerrar la puerta. Aunque no sepa nada sobre matemática, con un mínimo de conocimiento de colegio secundario, se podrá dar cuenta que, dado el peso de la puerta y la fuerza ejercida sobre ella, es posible saber cuan rápido se cerrará al empujarla mediante alguna herramienta matemática (las funciones). Sin ir mas lejos, en muchas de las decisiones que usted toma a diario tiene este tipo de conocimiento incorporado, por ejemplo, sabe que si pone a calentar agua, a medida que pasa el tiempo, la temperatura va aumentando. La manera en la que aumenta, también esta definida por una función matemática, o mejor dicho, hay una función que describe ese fenómeno. Es decir que, dado un conocimiento de valores iniciales y una función que describa el comportamiento con precisión, uno puede conocer el resultado final. Volviendo al experimento original, si yo tengo todos los datos iniciales sobre la situación de la mesa, el ambiente y los alfileres, mediante la función matemática correspondiente, puedo conocer el resultado. El punto donde esto se vuelve realmente interesante es plantearse que sucede si llevamos esta idea a una escala que abarque todo nuestro mundo. Es decir, haga de cuenta por un momento que el experimento abarca el mundo entero. Suponga que tuviera la posibilidad de congelar el mundo por un momento y pudiese medir todas las condiciones actuales y tuviese una función que describa cada movimiento, cada proceso químico, biológico y físico del mundo entero. Con esta información podría saber que va a suceder en cada situación particular, minutos, horas o días después de esa primera observación para cualquier situación que ocurra. En otras palabras, conocer el futuro. Más aún, conociendo solamente las condiciones iniciales del origen del universo, con las funciones apropiadas, ¡podría saber que va a ocurrir de acá al resto de la eternidad! Ahora bien, obviamente, realizar tales mediciones es algo impracticable, y conocer todas las funciones que describen todo es imposible en la practica. Sin embargo, si tal cosa es teóricamente posible, implicaría que todas las decisiones estarían predefinidas, ya que los valores iniciales del universo son valores que existen por más que no se conozcan, y tampoco hay algo que impida la existencia de las funciones que mencione, ya que todo hecho ocurrido en el mundo no deja de ser en el fondo mas que física y química. La implicación directa de que el futuro pueda ser conocido de antemano es que el destino esta marcado y por ende, no hay tal cosa como el libre albedrío. Como corolario del asunto, el azar seria solo un efecto aparente. ¿Interesante no? Este supuesto conocimiento sobre los valores iniciales y las funciones que explican el comportamiento del mundo es conocido como el Demonio de Laplace, ya que fue Pierre Simon Laplace quien propuso tal cosa en el siglo XVIII. Este pensamiento tiene fuertes bases en la física clásica y es parte de toda una doctrina filosófica conocida como Determinismo.

Ahora bien, si todo esto puede fue una revelación interesante pero una visión medio depresiva del mundo en la que todo esta predefinido, no se preocupe porque este cuento no termina acá. Por suerte, en el último siglo, la física moderna de la mano de Einstein, junto con algunos resultados de la Mecánica Cuántica como el Principio de Incertidumbre, o la matemática de la Teoría del Caos, han mostrado que los alfileres difícilmente caigan dos veces en el mismo lugar. ¿Por qué? Me cansé de escribir pero si veo que esto despierta algo de interés, supongo que supongo que será un tema de un algún próximo post.

domingo, 31 de enero de 2010

Exabrupto maradoniano

Desde genio y deidad hasta 'ese gordo drogadicto', las opiniones y juicios sobre Maradona siempre han sido muy variadas entre los argentinos. Futbolísticamente, creo que no hay discusión acerca de su talento y sus logros, sin embargo, como personalidad pública siempre ha generado controversias, sobre todo, entre la clase media argentina. Siendo simplemente una figura pública de poca influencia política, de dichos y acciones, dejando de lado el futbol, de relativamente de poca importancia, mi pregunta es ¿por qué despierta opiniones tan negativas? Quienes lo aman es simple de entender: El fútbol es un fenómeno social gigante y sus logros y hazañas como futbolista pueden despertar pasiones fuertes. Despues de todo, solamente el hecho de ser el principal responsable de la obtencion de una Copa del Mundo, junto con los goles a los ingleses, ciertamente son motivos para despertar amor y admiración por este hombre. Pero, ¿por qué el odio? ¿Que cosa tan terrible ha dicho o hecho Diego para recibir tanto insulto? No me refiero a una crítica sobre su forma de dirigir el seleccionado (que, dicho sea de paso, no me gusta como juega la selección), sino a esa gente que lo tilda de 'gordo drogadicto' o 'negro de mierda' que no lo pueden ni ver. Una buena parte de ese odio, de esa bajeza, salió a la luz hace poco tiempo atrás, después de las polémicas declaraciones del Diego posteriores a la clasificación de Argentina a la Copa del Mundo.

"¡Que la chupen, que la sigan chupando!", dijo el Diego aquel día y las viejas de Barrio Norte se indignaron e horrorizaron por tales dichos. No solo ellas sino todos los periodistas, de todos los medios que salieron a cubrir la noticia. Esta misma gente, que se horroriza porque Diego Maradona le dice eso al periodismo argentino, ¿se habrá preocupado de igual forma cuando el diputado De Narváez dijo que 'les rompimos el culo', refiriendose a la oposición en un acto electoral? Vivimos en un país donde uno prende la tele a las 3 de la tarde y encuentra un tipo diciendo barbaridades y calumnias mucho mas graves y mucho mas groseras y esta misma gente hace silencio. ¿Será este el mismo público que consume un programa como el de Tinelli donde, en ese mismo tiempo en el que Maradona decía lo que decía, Marcelo hacía un gesto queríendole decir a una modelo 'este laburo lo conseguiste chupándola'? Me pregunto yo, si Diego, en un estado de emoción violenta dijo lo que dijo, ¿que le queda a todos los periodistas y cientos de canales que, tranquilos y con un poder de analisis supuestamente muy superior al de Diego, repetían las mismas guarangadas con letras grandes y resaltándolas en rojo? Todo esto muestra, aparte de lo patético que es el periodismo argentino, la hipocresía general de una buena parte de los argentinos, esta cuestión de la doble moral: ¿Por qué se critica tan duramente a Maradona, y no al periodismo, al propio De Narváez, a Tinelli o Rial? Si los dice un político o un periodista importante es un vivo bárbaro, si lo dice Maradona es 'este negro de mierda que nos hace quedar mal frente al mundo'. Quedar mal frente al mundo... "cipayos provincianos que les importa quedar bien con sus amos europeos", como dijo Dolina aquel día...

Lo que estos personajes parecen no entender es que Diego nació en Villa Fiorito, Diego es pelearla desde abajo, Diego es revancha. Diego no provino de una familia de grandes intelectuales como la familia Bielsa, no tiene un hermano escritor y ex-canciller. Así como Bielsa quizás hubiese respondido con finas ironías, el recurso de Diego es decirles 'que la sigan mamando'.

A decir verdad, pensándolo bien, creo que esta gente conoce bien el origen de Diego y justamente de ahí viene la bronca. Esa misma bronca que desatan estos personajes al ver un chico de la villa con unas zapatillas Nike de 300 pesos. Esa misma indignación burguesa con una buena carga de hipocresía. En lugar de sentarse a pensar por qué lo dice y cuál fue la actitud del periodismo en esas semanas con respecto a la selección, les sale toda la xenofóbia de adentro. Pocos probablemente sepan que el mediocre periodista Toti Pasman dijo cosas como que la selección entrenaba después del mediodía porque Diego quería dormir a la mañana. Eso a nadie le importa. Yo, personalmente, después de escuchar al periodismo deportivo argentino, coincido con el Diego: El Toti y el resto, 'la tienen adentro'. Esperemos, por el bien de ellos, que no se dé la casualidad que nos vaya bien en el Mundial.

miércoles, 27 de enero de 2010

Dije.. suba!

He aquí el primer post. Hace un buen rato que andaba con ganas de tener mi propio blog, un espacio donde escribir. Soy una persona que usa mucho la cabeza, que piensa mucho, probablemente demasiado, con todo lo malo y bueno que eso conlleva. Me gusta mucho discutir, opinar y elaborar mis propios pensamientos y creo que este es un buen espacio para archivarlos. Además, algunas personas con las que me crucé en la vida me han dicho o hecho notar que muchos de estos pensamientos que fluyen por mi cabeza les resultan interesantes así que quizás haya algún que otro loco/a que le interese leer lo que escribo.
¿Sobre que voy a escribir? Mi idea es que este blog no sea sobre nada en particular sino básicamente postear "lo que me pinte". Mis intereses son algo variados así que esto va a ser una linda ensalada de todas esas cosas. El principal contenido probablemente esté relacionado con opiniones sobre temas de actualidad, política, filosofía, religión, tecnología entre otras cosas. Encontrarán desde incisivas y pseudoeruditas reflexiones sobre el mundo y la vida (?) hasta alguna boludez que me cruce en Internet que me resulte interesante. Espero que les interese y sino, parafraseando a un gran pensador del siglo XX, que la chupen y la sigan chupando.

Para terminar, el momento épico de Los Simpsons que le da nombre a este blog: